Hace mucho tiempo Juan Pérez un niño de la sierra de soteapn nació con un libro bajo el brazo, cuanta la partera quien asistió a la mam...
Hace mucho tiempo Juan Pérez un
niño de la sierra de soteapn nació con
un libro bajo el brazo, cuanta la partera quien asistió a la mama del niño que
este libro que tenía el niño iba creciendo conforme el niño iba madurando.
Hubo un tiempo que se reunieron los
viejos del consejo de la iglesia católica y que el joven adulto se trasladó
para Roma al Vaticano e ir a traer la campana de oro,
y se le fue concedido para que se pusiera en la iglesia de soteapan.

En el transcurso del camino al
pasar por la montaña le alcanzó un vendaval de lluvia, una tormenta y el joven
no aguanto la campana de oro y la dejo caer en lo alto de la montaña.

Esperando que la tormenta pasara el
joven se dispuso a buscar la campana en lo alto de la montaña en Santa Marcha,
y fue en busca de la campana de oro.
Pero con la tormenta que había pasado
por la montaña, había oculto la campana con árboles caídos, y el muchacho no encontró
la campana, paso horas y horas buscando la campana hasta que la encontró.
Pero la mala fortuna es que el oro es la obsesión de los chaneques del
bosque, pusieron un hechizo a la campana la cual no podían sacar la campana de
la montaña, ya que si intentaban llevársela esta persona se perdería en el bosque
para siempre, siempre y cuando deje la campana, volvería encontrar el camino.
El muchacho encontró la campana pero
no podía salir del bosque así que volvió a dejar la campana, y así pudo volver
al pueblo. Pero dijo que no encontró la campana para que nadie se fuera
buscarla y no se quedara atrapado en la montaña.
Cuenta la gente que por lo alto del
cerro hay un lugar donde florecen mucho los arboles de plátanos, naranjas,
cocos y mangos un montón de arboles frutales.
Un día un cazador encontró el lugar
donde estaban los árboles frutales ya que la campana de oro provocaba que hubiera
muchas frutas, pero la magia de los chaneques hacia que no podían sacar nada de
ese lugar.
Entonces este cazador intento
llenar un costal de cocos, y plátanos para venderlas, al pueblo peso que era
una buena idea para poder tener un poco de dinero. Pero cuando intentaba salir
de la montaña no podía salir ya que las cosas que estaban en ese lugar tenían un
encantamiento por culpa de la campana de oro que los chaneques habían puesto.
Así que el cazador, de horas y
horas de dar vueltas y vueltas se puso a pensar que fue lo que hizo para que no
saliera de la montaña.
Cuando reacciono que corto frutas
para vender, volvió a dejar las frutas y así pudo salir de la montaña. Cuando llego
al pueblo conto lo que le había pasado, y que si iban a pasar por los platanales
y su deseo es comer el fruto que se las comieran ahí mismo y que no intentaran
sacar nada, porque de ser así se perderían en la montaña.
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