EL CUENTO DE JOMXUK

COMPARTELO:

EL CUENTO DE JOMXUK (SOTEAPAN, VERACRUZ) Tsitsimat era una viejecita que vivía en las montañas. Un día fue a pescar con su red al río...

EL CUENTO DE JOMXUK
(SOTEAPAN, VERACRUZ)


Tsitsimat era una viejecita que vivía en las montañas. Un día fue a pescar con su red al río y vio un huevo en el agua. Trató de alcanzar el huevo con la red, pero no pudo. Lo veía en el agua, pero al levantar la vista lo vio en el árbol.


Entonces le dijo a su esposo: ¡Ahí está! Súbete a buscarlo. El viejecito se subió al árbol y cogió el huevo. La viejecita se puso muy contenta, y dijo: Hemos encontrado nuestra buena suerte. El viejecito dijo: Vamos a comérnoslo. Pero la viejecita contestó: No. Lo vamos a poner a empollar.
Después de siete días salió del huevo un niño. La viejecita estaba muy contenta porque ahora tenía un hijo. Lo alimentó muy bien y lo ayudó a crecer. El viejecito siempre procuraba lo mejor para el niño, y le decía a la viejecita:



Alimenta bien al niño para que crezca. Mata un guajolote para él. Así que la mujer mató un guajolote para que comiera el niño, y le dijo: Come, hijo. Tu abuelo ha pedido que lo hagas. El niño estaba muy contento, y comió. Cuando ya había crecido un poquito se fue al río.


Entonces las lagartijas, pececillos y peces le dijeron: Patuc chɨm chɨmi. (No se puede traducir al español) Las lagartijas corrieron y le golpearon el pie en que tenía una úlcera. Cuando se metió al agua, el pez vino y le lamió la úlcera. Entonces él le dijo a su abuelo: Abuelo, ellos de veras me molestan. Hazme un arco, una flecha y un anzuelo.


Entonces el abuelo se los hizo, y él se fue al río otra vez. Pescó lagartijas, peces y pececillos. Llevó muchos a la casa. Entonces la viejecita le dijo:
Pero, ¿Por qué hiciste eso a tus tíos? El viejecito le dijo: No molestes al niño. Cocina unos para él y dáselos para que coma. Pero la viejecita le dijo después: Ahora ve al río y déjalos que se vayan.


Él fue al río y los soltó y les dijo: Cualquiera que sea listo los va a pescar con anzuelo, y cualquiera que no sea listo no los va a pescar con anzuelo. Cuando los ancianos vieron que el niño había crecido, ella le dijo a su marido (su marido era una culebra gorda): Ahora podemos comer a nuestro hijo porque ya está gordo. El viejecito le contestó: Lo comeremos.


Entonces la viejecita regó frijoles en la tierra para que recogiera el niño, y se fue al río a afilar sus dientes con la piedra de afilar. A cada rato mordía un tecomate para probar cómo estaban partiendo. Cuando veía que no estaban filosos los afilaba otra vez. Cuando sus dientes quedaron filosos, dijo:


Ahora puedo regresar. Pero el niño le había hablado a las palomas y codornices, y ellas habían terminado rápido de recoger los frijoles que la viejecita había regado. Entonces se fue al río y vio a la viejecita afilando sus dientes. Los viejos se iban a comer a Jomxuk esa noche. Pero él se dio cuenta de que se lo iban a comer y se fue a hablar con los murciélagos. Entonces los murciélagos hicieron un hoyo en el techo y Jomxuk se salió por el hoyo; pero el murciélago azul se quedó en el tapanco.


De vez en cuando la mujer le preguntaba a Jomxuk: ¿Estás dormido, hijo? Él respondía: No. Le preguntó lo mismo muchas veces, hasta que Jomxuk se enojó, y le dijo: No me hables, vieja. Tengo mucho sueño. Entonces ella se pegó en la boca y dijo: ¡Ay boca!, tú no has dejado de hablar. Después le habló otra vez y le preguntó: ¿Estás durmiendo? Él no contestó.


Entonces ella le dijo a su esposo: Nuestro hijo está dormido. Ahora puedes ir a matarlo. Entonces el viejo subió al tapanco y el murciélago azul le cortó la garganta. Su sangre cayó del tapanco. La vieja dijo: La sangre de nuestro hijo sabe a mangos verdes.


La vieja tomó bastante sangre. No se dio cuenta que era la sangre de su esposo la que había tomado, sino hasta después, y dijo: ¡Ay!, es tu sangre la que he tomado, mi esposo. Entonces se subió al tapanco y vio que su esposo estaba muerto, y dijo: ¡Ay!, niño, ¿por qué mataste a tu abuelo? Ahora vas a ver.


¿Por qué le hiciste esto a tu abuelo? La viejecita no se había dado cuenta de que sus Huaraches estaban enterrados debajo del tenamaxtle. Los buscó y no pudo encontrarlos. Pero vio al perro escarbando en un lugar. Entonces fue a ver y encontró sus huaraches allá, y dijo: ¡Ay!, niño. Has hecho esto, pero ahora vas a ver. Entonces salió.


Llegó al campo y le dijeron: Un hombre pasó por aquí y sembró estos plátanos. Ahora ya tienen fruto maduro.
Un poco más adelante la viejecita alcanzó a Jomxuk. Tsitsimat entró donde había mucho malote. Entonces Jomxuk se subió a un árbol. Allí la viejecita alcanzó a su hijo y le dijo: Ahora vas a ver.


Jomxuk le dijo: No me comas, vieja. Vamos a contemplar el fuego. Jomxuk había encargado al tlacuache que hiciera un fuego. Entonces la viejecita subió a contemplar el fuego y sintió que se estaba quemando. Allí se quemó. Entonces Jomxuk se bajó del árbol y el tlacuache le dijo: Tío, se me quemó la cola. Jomxuk le dijo:


¿Para qué te ofreciste si no fuiste suficientemente listo? Entonces empezaron a juntar las cenizas de la viejecita. Jomxuk cogió las cenizas y las puso en un costal de yute. Le dijo al sapo que las llevara y las tirara en el mar. El sapo tomó el costal y lo llevó a la playa. En el camino sintió que algo que estaba en el costal le estaba picando, y dijo: Voy a ver qué es lo que me está picando.


Así que, miró dentro del costal y salieron un montón de animales de diferentes clases: culebras, avispas, alacranes, chaquistes, hormigas; toda clase de animales dañinos. Todos picaron al sapo hasta que le quedó la piel llena de bollos. Así que estaba todo hinchado cuando regresó a donde estaba Jomxuk. Jomxuk le preguntó: ¿Qué te pasó? El animal le contestó: Esos animales me picaron. Jomxuk le dijo: ¿No te dije que no abrieras el costal? Jomxuk fue a buscar a su mamá. Cuando llegó a donde ella estaba, le tiró un papel.


Entonces la viejecita le dijo: ¡Ajá! Parece que fueras mi viejo, mi esposo. Y se puso a llorar. No podía ver dónde estaba su hijo. Entonces su hijo le tapó los ojos con las manos y le dijo: ¿Quién soy? La viejecita le contestó: Creo que eres mi esposo. Su hijo le dijo: No soy tu esposo. Entonces la viejecita le preguntó: Pues, ¿Quién eres? Su hijo le dijo: ¿No te acuerdas de cuando me moliste? La viejecita le contestó: ¡Ah!, creo que eres mi hijo.


Ahora recuerdas que soy tu hijo. Le descubrió los ojos y comenzó a averiguar de su papá. Le preguntó: ¿Y mi papá? Ella le dijo: ¡Ay de mí! Tu papá murió hace mucho tiempo. Se fue a traer maíz y no volvió. Fue a la casa de los truenos. Su hijo le dijo: Pues yo voy a ir a buscar a mi papá. La mamá le dijo: ¡Ay!, mi hijo, no vayas. Él le dijo: Sí, voy a buscar a mi papá. Se fue y llegó a la orilla del mar. Se encontró el carapacho de una tortuga y empezó a golpearlo.


Una tortuga vino a verlo y le preguntó: ¿Qué estás haciendo? Él le contestó: Pues estoy esperando que alguien me pase. La tortuga le dijo: Tío, yo te llevo. Él le dijo: Pues llévame. Cuando estaban en medio del océano se sentó con más fuerza en la tortuga. La tortuga le dijo: ¡Ay!, tío, mis costillas se están quebrando (por eso Se llama Chocwiñquîài). Jomxuk le dijo: ¿Pues para qué me ofreciste si no me podías cargar?


Entonces regresaron, y otra tortuga le dijo: Tío, yo te llevo. La tortuga se quedó con el conejo quien la atendió hasta que su pecho quedó bien. Jomxuk hizo unos cuernos para el conejo. Unos cuernos buenos. El conejo se puso muy contento y le dijo: Ésta es mi recompensa por haberla curado. Porque usé las hojas que debía.


El conejo estaba muy contento. Mientras iba por el camino se encontró un venado que le dijo: Tus cuernos están muy bonitos. Sí, es verdad le dijo el conejo. El venado le dijo: A mí me quedan mejor. Déjame probarlos por un minuto. Entonces el conejo se los dio, y el venado le dijo: Si, a mí me quedan mejor y se alejó llevándose los cuernos, pero regresó y se los devolvió al conejo.


El conejo empezó a correr con sus cuernos puestos, pero no pudo aguantarlos por el peso, y se cayó patas arriba. El venado le dijo: No te quedan. Dámelos de vuelta y verás una cosa. El conejo se los dio otra vez y el venado se los llevó. Entonces el conejo gritó: ¡Devuélveme mis cuernos!


Pero no se los devolvió y el conejo se fue a pedir otros. Jomxuk le estiró las orejas en lugar de darle otros. Entonces el conejo se puso contento otra vez y dijo: Está bien. Se paró al sol y vio que su sombra era muy larga, y se puso todavía más contento. Jomxuk pasó al otro lado del océano en la tortuga. Cuando llegaron, Jomxuk le preguntó a la tortuga: ¿Qué quieres? La tortuga le contestó: Nada. Entonces vamos a hacer un dibujo en tu carapacho dijo Jomxuk. Se lo hizo y la convirtió en môyàûqui (tortuga adornada).


Entonces dijo: Puedes irte. Tu carapacho está bien. Jomxuk se quedó allá, y fue a donde estaba la casa de los truenos. Llegó allá como al mediodía, y se puso a tocar la campana. El trueno viejo dijo: Ve a ver quién está tocando la campana.


Uno de los truenos fue y miró, pero no vio dónde estaba el que estaba sonando la campana. Volvió a donde estaban los otros y les dijo: No hay nadie. Oyeron la campana otra vez y enviaron a otro. Le dijeron: Ve a ver. Él fue, pero no vio al que estaba tocando la campana. Otra vez oyeron la campana y mandaron a ver. Entonces Jomxuk se mostró. Acechó detrás de la puerta.


El mensajero le dijo: ¡Ah!, tú eres el que ha estado tocando la campana. Jomxuk dijo: Sí, yo soy. Entonces el trueno le dijo: El jefe dice que entres a verlo. Jomxuk le dijo: No voy. El mensajero fue y les dijo: Dice que no va a entrar. Otra vez fue uno a verlo. Entonces Jomxuk corrió hacia la playa y se puso a tocar en una concha. El trueno lo encontró allá y le dijo: Ve a ver al jefe. Jomxuk le dijo: No voy a ir. Entonces el mensajero regresó y le preguntaron: ¿No vino? Él contestó: No va a venir.


Entonces le dijeron: Ve y le preguntas su nombre. Él fue y le preguntó. Jomxuk le dijo: Pues, yo soy Atsâñàýtsapaap, “brote de maíz”. Entonces los truenos se molestaron, y el jefe dijo: Vayan a buscármelo y lo pondremos en la cárcel. Lo fueron a buscar y se lo trajeron. Y el jefe les dijo: Pónganlo en la casa de las culebras. Para que las culebras lo muerdan y lo maten. Al día siguiente fueron a ver cómo estaba. Jomxuk había sacado a todas las serpientes menos una, en la que estaba sentado.


Les había dicho a las serpientes: Ustedes deben estar donde vive la gente de este mundo. Allí se la pasarán comiendo y bebiendo. Todas las culebras se habían ido a la selva. Los mensajeros le dijeron al jefe: Ese hombre no se murió. Vamos a ponerlo en la casa de los tigres para que se lo coman. Lo pusieron en la casa de los tigres. Entonces él les dijo a los tigres: Ustedes no me van a comer. Allá, en la montaña, se pueden mantener ustedes y comer allá.


Cuando vinieron a ver lo que había pasado, Jomxuk estaba vivo y estaba sentado sobre un tigre. Ellos le dijeron al jefe: Los tigres no mataron al hombre. Entonces dijo el jefe: Vayan a ponerlo en donde están las flechas para que las flechas se disparen y lo maten. Cuando Jomxuk llegó allá comenzó a atar las flechas en montones y a ponerlas sobre las vigas de la casa. Les dijo: Cualquiera que sea listo podrá conseguir su comida usándolas a ustedes; pero el que no sea listo no va a poder conseguir su comida usándolas a ustedes. Entonces vieron que Jomxuk no se había muerto. Los truenos dijeron: Ahora vamos a jugar un juego de tiro.


Lo llevaron a una playa. Uno de los truenos se molestó porque él había ganado otra vez. Uno dijo: Como no podemos matar a este hombre vamos a llevarlo a un salto de agua para que se columpie. Comenzaron a mecerlo, pero no se murió. Jomxuk dijo: Ahora ustedes se van a sentar en el columpio y yo los mezo. Mientras los mecía muy fuerte le dijo a una rata: Corta la cuerda. La rata cortó la cuerda y todos los truenos se cayeron al salto de agua y se murieron. Solamente quedó un huerfanito que se llamaba Nûcuwýðay, que dijo:


No me mates. Jomxuk le dijo: Sí, te voy a matar, porque tú mataste a mi padre. El trueno dijo: Sólo déjame vivir, y cuando el sol esté muy caliente yo te voy a mojar la cabeza. Bueno dijo Jomxuk. Te voy a dejar vivir, pero tú debes curar a mi papá. El trueno le contestó: Bueno. Lo voy a curar. Entonces cruzó de un lado a otras siete veces, y curó al hombre.


El hombre dijo: He estado durmiendo. Jomxuk le dijo: ¿Qué? Tú no estabas durmiendo. Te moriste hace mucho tiempo. Él le dijo a su hijo: Ahora voy a volver. El anciano comenzó a caminar para su casa. Entonces enviaron a la lagartija de los cachetes rojos con este mensaje: Ve a decirle a Sebamacunmôya que cuando vea a su esposo debe reírse y estar contenta.


Cuando la lagartija comenzó su camino se puso a toser mucho y no podía caminar muy rápido. Se encontró con la lagartija azul que le preguntó: ¿A dónde vas? La lagartija de cachetes rojos le contestó: Voy a decirle a Sebamacunmôya que su esposo está viniendo.

Entonces la lagartija azul le dijo:Yo iré, porque tú estás tosiendo mucho. La lagartija azul comenzó a correr y llegó muy rápido. Al llegar le dijo a la esposa: Tu hijo me envió a decirte que cuando veas venir a tu esposo te pongas a llorar muy fuerte hasta que te caigas a la tierra a comerla. La lagartija se fue.


Cuando la viejecita vio venir a su esposo lloró tan fuerte que su esposo se desintegró. Solamente quedaron sus huesos. Cuando Jomxuk llegó le dijo: ¿Por qué lloraste? ¿No te mandé decir que no lloraras? La viejecita dijo: La lagartija azul me dijo que llorara hasta que me cayera en la tierra para comerla. Jomxuk le dijo a la lagartija azul: —Fuiste y le mentiste a mi mamá. De castigo ahora, saca la lengua.


La lagartija azul sacó la lengua y Jomxuk se la cortó. (aga tsus – lagartija de lengua azul).


Fin

COMMENTS

BLOGGER: 1
Loading...

$type=three$author=hide$comment=hide$rm=hide

Nombre

Cuentos,17,Cultura,40,Lecciones,25,Leyendas,12,Narración,16,Tradiciones,32,Vocabulario,29,
ltr
item
SOTEAPAN, VER.: EL CUENTO DE JOMXUK
EL CUENTO DE JOMXUK
https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiovliFPSc8unIFJEsK0USDs2yHFsEHhLUgRkySERl89OsgrEvMjgD-1xQ6hpnocWI9vh26qcfuc3akXrKtrnWTqtE3kwZXa7NMmffIcOhrURGGc-XlwpdlpOcktITMZJA4w5Pk76x1ONSb/s320/homshuk.jpg
https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiovliFPSc8unIFJEsK0USDs2yHFsEHhLUgRkySERl89OsgrEvMjgD-1xQ6hpnocWI9vh26qcfuc3akXrKtrnWTqtE3kwZXa7NMmffIcOhrURGGc-XlwpdlpOcktITMZJA4w5Pk76x1ONSb/s72-c/homshuk.jpg
SOTEAPAN, VER.
http://soteapanver.blogspot.com/2015/10/normal-0-21-false-false-false-es-mx-x.html
http://soteapanver.blogspot.com/
http://soteapanver.blogspot.com/
http://soteapanver.blogspot.com/2015/10/normal-0-21-false-false-false-es-mx-x.html
true
8010837066002514936
UTF-8
Loaded All Posts Not found any posts VIEW ALL Readmore Reply Cancel reply Delete By Home PAGES POSTS View All RECOMMENDED FOR YOU LABEL ARCHIVE SEARCH ALL POSTS Not found any post match with your request Back Home Sunday Monday Tuesday Wednesday Thursday Friday Saturday Sun Mon Tue Wed Thu Fri Sat January February March April May June July August September October November December Jan Feb Mar Apr May Jun Jul Aug Sep Oct Nov Dec just now 1 minute ago $$1$$ minutes ago 1 hour ago $$1$$ hours ago Yesterday $$1$$ days ago $$1$$ weeks ago more than 5 weeks ago Followers Follow THIS CONTENT IS PREMIUM Please share to unlock Copy All Code Select All Code All codes were copied to your clipboard Can not copy the codes / texts, please press [CTRL]+[C] (or CMD+C with Mac) to copy